lunes, 27 de agosto de 2012

Un Enemigo del Liderazgo. "LA ILUSION DEL CONTROL"





"Nunca enfrentarás tu destino hasta que no abandones la ilusión del control".

Esta fantástica frase pronunciada por el Maestro Oogway, una sabia tortuga, en la película de animación "Kung Fu Panda", me ha inspirado para hablar sobre uno de los enemigos con los que un líder puede encontrarse. La ilusión y obsesión por el control absoluto.

En ocasiones nos pasamos el tiempo intentando controlar todas las cosas que tenemos a nuestro alrededor, incluyendo, las que no dependen de nosotros, en lugar de focalizar nuestra energía en, primero, autocontrolarnos a nosotros mismos, y en segundo lugar, centrarnos en lo que si está en nuestras manos. Por lo tanto, es normal, que en ocasiones, estemos sobresaturados de frustraciones por no haber obtenido lo que pensábamos que podríamos conseguir, sin pararnos a pensar que podían ser cosas sobre las cuales no teníamos capacidad de acción.

Sin embargo, es posible, que sin darnos cuenta, y por querer abarcarlo todo, no nos centremos en las cosas en las que si el control depende de nosotros. Podemos hacer el ejercicio de escribir en un papel en blanco todas esas cosas. Seguro que ya es lo suficientemente amplia como para querer, además, añadirle extras.
¿Esto quiere decir que no debemos de controlar?. No. Significa que el control por si mismo no puede controlarnos a nosotros. Ni nuestros actos, ni lo que es más importante, nuestras emociones. Además de esto, si todo lo que nos rodea estuviese bajo nuestro control absoluto, nos perderíamos una de las máximas atracciones que tiene la labor de un líder, y es la gestión del imprevisto. La vida en si ya es imprevisible por si misma, por lo que nuestra labor también. Por mucho tiempo que le dediquemos al control, siempre habrá un porcentaje muy alto que se escape a nuestro alcance. Y hay que contar con ello, sin que eso nos haga perder la perspectiva.

Esa "ilusión por el control" hace que en ocasiones nos volvamos irascibles, y es por esa misma ansiedad y necesidad de querer acapararlo todo. Puede ser que nuestro equipo lo esté haciendo mal, pero en lugar de bloquearnos y bloquearles a ellos con nuestras acciones, lo que deberíamos hacer es ver porque está ocurriendo eso, y dedicar nuestros esfuerzos, virtudes y habilidades a cambiar esa tendencia, y a reflexionar si nosotros tenemos que ver algo en ello.

Esta necesidad de control también puede influir en la capacidad y calidad de nuestros colaboradores. Debemos de intentar tratar a cada uno de manera individual y no generalizar, ya que si tenemos personas que destacan sobre otras debemos seguir fomentando su crecimiento y a los que no destacan tanto, motivarles a seguir el camino de los que más avanzan. En algunos casos tendemos a frenar a unos para igualarles con los otros y eso es un gran error, ya que entonces igualamos por abajo y permitimos que la mediocridad "ronde" por nuestros equipos. El Maestro Oogway lo dice claro. "Si siembras un melocotón, tendrás un melocotón. Tu puedes desear una pera o una naranja, pero tendrás un melocotón". La clave está en creer que ese melocotón puede ser extraordinario. Tener controlado nuestro equipo pasa por tratar a cada persona de manera individual para que aporten lo mejor de si mismos a un resultado global y no por querer pretender que todos sean iguales. Si hay un melocotón, una naranja y una pera, sería fantastico, porque obtendriamos una maravillosa "macedonia de talento".

La "ilusión del control" influye de manera decisiva en nuestra vida. Si seguimos el consejo del Maestro Oogway, estaremos en camino de conseguir el éxito, pero todo pasa por ser capaces de controlarnos en primer lugar a nosotros mismos. De saber que hay cosas que por más que queramos, escapan y escaparan a nuestro control, pero ya no solo por nosotros mismos, sino porque la vida misma es así, en ocasiones, maravillosa, y otras veces realmente dura, y de que por mas que queramos controlar a las personas, no hay mejor control que la motivación, ya que esta genera acción, y el control absoluto genera bloqueo, ya que las personas necesitan espacio para poder crear.

Podemos decidir que queremos hacer y como queremos vivir. En la oscuridad de las continuas frustraciones que nos genera "la ilusión del control", o en la magia de generar valor a través de saber que hacer con las cosas que realmente están en nuestras manos. El control es necesario, pero siempre que no se convierta en una "controladicción", y si como herramienta de motivación, para generar crecimiento en nuestros equipos, que al final son los que nos dan valor a nosotros mismos.