jueves, 19 de agosto de 2010

carta despedida (etapa superada)


Cuando me pongo a pensar en una carta de despedida… solo se me ocurren obituarios… cosas que debería haber dejado hechas, y que solo quedaron a mitad de camino, o a mitad de sueño…


Agradezco a las personas que creyeron en mi mas de lo que yo creí… a los que pusieron sus esperanzas en esas que casi no pude abrazar..

Pero es que en realidad no se muy bien a quien dedicarle esta despedida. Lo que si se, es que si deje pasar el tiempo para hacerla, no fue porque me falto el valor, sino por el simple pensamiento tormentoso de las lagrimas que iban a brotar de las poquitas personas en las que habite, en esas que deje un pedacito de mi.

Todos los días me alejo un poquito mas de este lugar, de este espacio que me fue asignado, de esta fila que seguimos todos, de esta obligación de pasar por el mundo comenzando con sueños que se quedan en el camino, para terminar siendo un viejo recuerdo de algo que alguna vez sentimos, y que ahora pensamos como una etapa de rebeldía. Cosa errónea, es ahí cuando éramos mucho mas concientes de lo que somos capaces… y los días pasan y empezamos a dejar de lado nuestros ideales, comenzamos a aceptar las cadenas como si no nos quedara remedio.

Al menos yo puedo elegir el como, el cuando y el lugar. Me enfrento a la muerte sin miedo, sabiéndola, habiendo compartido con ella más de una copa, más de una charla, más de un insomnio. Soy yo el que la abraza y no ella la que me lleva arrastrando.

Esa victoria sobre la muerte, ese elegir sin que me obliguen, esa satisfacción de saber que soy yo el que lo decide, al menos me ayuda a hacerlo con la frente en alto, aunque algunos no lo entiendan.

Dejo muchas promesas por cumplir, muchos perdones que serán aceptados luego de esta carta, muchos adioses que preferí callarme, porque es mas fácil así, de este modo, nadie se sentirá culpable de saber que pudo hacer algo para impedirlo, y no lo hizo.

Dejo mis silencios, mis filosofías algo trilladas, pero que de tan gastadas, nadie se puso a pensar que podían ser reales y les pusieron el nombre de utopías, dejo sueños, ilusiones, abrazos…. Abrazos… nunca son suficientes los abrazos…nunca están de mas…

Quisiera que quede en claro que no elijo la muerte como un escape, como una salida fácil, sino que la elijo con la convicción de que la elijo a ella mas que al sol de la mañana, ese sol lleno de melancolía luego del insomnio, la elijo a ella mas que el asfalto gris y las caras tristes, la elijo a ella, mas que el corazón roto, mas que la familia fantasma, mas que la lista de interminables cosas incambiables de este mundo que poquito a poco se autodestruye y no hace nada por remediarlo. ´

No quiero formar parte de eso, no quiero y es imposible que sienta que el milagro mas grande es que todavía me queden ganas de levantarme cada mañana para dejar mis horas, mis días, mis sueños, esforzándome por un sueldo que no me alcanza, Y lo peor de todo, de que buscamos en el la felicidad.

Me despido sabiendo que lastimare a gente haciéndolo. A ellos les pido perdón, No es mi intención. Pero las fuerzas se me van acabando, y la cruz no me permite seguir paso tras paso, cuando observo que el final del camino, es más gris aun del que transito ahora...

Me despido ahora, sin hasta pronto, sin dolores. Les deseo que tengan la fuerza de tratar de ser mejores solo por ser mejores para si, y no mejores que los demás.

Espero que puedan ver en el prójimo el hermano, que puedan dejar de lado los prejuicios y se animen a colocar la palabra empatia en su vocabulario, es tan pero tan importante la empatia.

Me alejo a las alturas, como diría Zaratustra, o al vacío oscuro de la nada… Si Dios existe no creo que este de humor para saludarme, pero de ser así, les mandare mis saludos de ustedes,

Ahora si, los minutos me pesan y decido decir mi ultimo adiós.

Doy las gracias por todo lo que este mundo me ofreció.

La vida es tan solo un instante en la inmensidad del universo. Nos veremos por las nubes, o en los sueños.



Nos vemos inevitablemente, al final del camino.