jueves, 19 de agosto de 2010

que mejor principio que un final

Que mejor principio puede ser un final, un perderse y no encontrarse…


Estoy ahora dando mis primeros pasos, acostumbrándome a la gravedad de un mundo que gira, aunque no nos demos cuenta, que nos aferra contra el piso y de esta forma no nos deja volar.

Se me quemaron todas y cada una de las palabras que antes había escrito, para darme cuenta de que delante Mio tengo un ancho block de hojas en blanco dispuestas a ser usadas.

Ahora falta encontrarme… y digo encontrarme porque me perdí en el girar de este torbellino de gente que dice lo que quiere sin pensar en las consecuencias de sus dichos, que actúa por costumbre, sin preguntarse el porque.

Tengo la posibilidad de despegarme, siendo conciente de esto, y mirar con muchos ojos una realidad devastada de supuestos y relativismos.

Aunque por momentos arrastro mis pies, no puedo sino ser indulgente a los malabarismos que se necesitan realizar para llegar a fin de mes y considerarme completo, estando tan vacío de sueños.

Me perdono cada día que no agradezco el aire que entra en mis pulmones, cada día que veo el sol, o disfruto de la lluvia que me inunda de recuerdos de tormentas que pasaron y pude sortear y seguir en pie. Me perdono las veces que me di por vencido, las victorias aparentes o inventadas que me cree para darme fuerzas, las cruces que eran ajenas y que cargaba con el debo hacerlo, es mi obligación….

Me agradezco las lagrimas que deje salir en este ultimo tiempo y que estaban tan acumuladas que las mareas me movían el cuerpo…agradezco aceptarme con mis tantos defectos, mis virtudes desconocidas… mis vacíos dispuestos a llenarse… mis no tengo respuesta…



Puedo sentir cuando una angustia se va acercando…, la presiento dentro mío… a veces logro descifrar el porque de esta angustia, y a veces, es simplemente el misterio de estar vivo, de seguir vivo, de estar sobre mis pies luego de tantas caídas, el miedo a las nuevas caídas…



Me propongo abrazar las angustias y los miedos, como desafíos… como metas a superar…porque de otra manera me volvería un ermitaño apático, un miedoso del sol y sus estrellas ocultas…un pesimista negador de la felicidad.



Debo admitir que el temor me hace temblar los huesos. Que el emprender un camino nuevo sin conocer mi equipaje… sin reconocerme… sin saber adonde me llevara me asusta. Pero debería tomarlo como un aventurarme dentro mío, como un viaje introspectivo… lo que encuentre es lo que hay, y lo que hay es lo que puedo moldear a mi manera, a mi gusto. Hacerme y rehacerme tantas veces como sea necesario hasta encontrarme. Un volver a empezar.



Y en este camino decido dejar todas las mascaras a un lado, (espero poder hacerlo) dejar de lado mi sentimiento de omnipotencia, ese que me hace creer invencible. Reconocerme humano, quererme humano, aceptarme humano. Estaba tan desacostumbrado al dolor, a sobrellevarlo de otra manera, a que choque con mis mascaras y no conmigo, que ahora me duelen hasta los versos que escribo, hasta las miradas que esquivaba, hasta las que aun no consigo ver o no me atrevo.



No siento que empiezo un nuevo camino, sino que siento que después de casi 30 años empieza mi camino, el verdadero, el autentico.



Voy a necesitar de toda la ayuda posible, y me cuesta pedirla… así que si por alguna razón lees esto… si te llego sin querer, si de alguna manera lo entendiste… acercate… para decirme hola, acá estoy… no necesito mas que eso… no quiero seguir sintiéndome solo, y aunque estuve siempre rodeado de mucha gente, siempre me sentí solo.