Cansado de
correr, los pies se rinden al camino,
Si bajo el
ritmo de los días,
Hay un
paisaje nunca antes visto
El punto de
llegada es un horizonte inalcanzable,
Es solo un
norte, la meta esta en que a cada paso
Abrase lo
que aprendo, lo que quiero
Que difícil
es frenar, cuando el mundo es el que gira
Tengo miedo
de intentar y fracasar, y por no intentar fracaso.
Y solo yo
soy responsable del que el día se me escape,
Con todos
los pude haber hecho, con todos los querría
Aferrados a
la punta de la lengua, a la punta de los dedos,
Al
precipicio de mis labios, al abismo aterrador que es medio metro.
Por el que
dirán me quedo callado,
Y me pierdo
de aprender, y mis escuchas de aprenderme,
Por miedo a
tu rechazo, no me acerco,
Y se me
escapa la bella enfermedad de querer sin límites
De derramar
abrazos, de gotear por la vereda
Lagrimas de
amor, manos entrelazadas,
Y
juramentos de para siempre, por ahora, con el alma y desde el corazón.
Cansado de
correr, los pies se rinden al camino
El paisaje
son tus ojos, mi norte es adelante
La meta es
cada paso, aferrarte al precipicio de mis labios
Poseo la
rara enfermedad, de quererte sin límites,
De derramar
abrazos, y gotear amor por la vereda,
Tu mano con
la mía, y por ahora, para siempre, con el alma y desde el corazón,
Bajar el
ritmo de la vida, y amarte en cada respiro.