martes, 11 de octubre de 2011

RESPONSABILIDAD

Culturalmente aprendimos a igualar la “responsabilidad” con la “culpabilidad”, por eso comúnmente hablamos de ser responsables de algo como sinónimo de culpable de.

La propuesta es corrernos de esta definición de responsabilidad y adoptar desde el espacio propuesto por el Coaching Ontológico, una definición de responsabilidad como habilidad para responder.

“Examinemos la palabra ‘responsabilidad’ en la cual encontramos alusiones a las palabras ‘responder’ y ‘habilidad’: habilidad para elegir la respuesta. Las personas responsables no dicen que su conducta es la consecuencia de las condiciones, el condicionamiento o las circunstancias. Su conducta es un producto de su propia elección consciente; se basa en valores, y no es producto de las condiciones exteriores.

Todo comportamiento se origina en la conciencia del ser humano. Lo que ocurre fuera de esa conciencia no induce a la acción, simplemente la influye. Uno elige hacer lo que hace como respuesta a la situación que percibe, elige actuar de la manera como lo hace, porque le parece que es la mejor manera posible (dadas las circunstancias) para perseguir sus intereses de acuerdo con sus valores. Los hechos externos no son estímulos sino información.

La información no determina lo que una persona haga, solo le informa acerca de lo que está ocurriendo. Depende de la persona decidir de qué manera responder a esa información de acuerdo con sus objetivos y valores.

Esta conciencia y capacidad de elección es la esencia de la responsabilidad, la dignidad y la libertad.

La conciencia del ser humano le da la capacidad para darse cuenta de su situación externa (hechos, datos, recursos, alternativas, restricciones, resultados históricos, etc.) e interna (sensaciones, impulsos, emociones, pensamientos, habilidades, etc.).

En el proceso de darse cuenta, uno considera su situación con respecto a sus objetivos y valores. A partir de esto, elige una respuesta y se comporta de acuerdo con su elección. Decimos que el comportamiento es incondicionado, ya que no depende más que de la voluntad de la persona. Por el contrario, el resultado es condicionado, ya que depende parcialmente de factores ajenos a la voluntad de la persona.

Cuando el comportamiento se ajusta a los valores, decimos que la persona alcanza un éxito trascendente: el éxito más allá del éxito. Este éxito genera una paz interior y una felicidad que llamamos “incondicionales”. Aunque el resultado no sea lo que uno quería, siempre es posible experimentar la serenidad profunda de saber que uno ha hecho lo mejor que pudo para enfrentar la situación con dignidad.

La dignidad humana no depende de la efectividad, sino de la coherencia ente el comportamiento y los valores

La persona siempre es libre de elegir su respuesta, pero a veces elige ser inconsciente de esa libertad y actuar como si no fuera libre. Ese es el caso de la víctima. En su manera de pensar, la víctima se ve determinada por los acontecimientos externos. Lo que la víctima no ve es que es su propia perspectiva la que la condiciona, no los hechos del mundo.

Desde la responsabilidad yo elijo hacer algo, desde la reacción yo tengo que hacer algo.

El protagonista tiene la posibilidad de conseguir la paz interior (integridad).

Aunque no siempre se obtenga el resultado deseado, siempre es posible comportarse en forma honorable.

La responsabilidad es una manera de ser en el mundo. Declararme responsable ante (y no por) una situación, me abre un campo de acción que no estaría disponible para mi sí simplemente elijo ser un observador crítico o una víctima de esa situación.

De esta forma podemos observar la relación que existe entre responsabilidad y poder, responsabilidad como habilidad para generar respuestas y poder como capacidad de acción. En la medida que yo sea más hábil para generar respuestas, mi capacidad de acción aumentará.

Pero hasta que una persona no pueda decir profunda y honestamente, ‘Soy lo que soy por mis elecciones de ayer’, tampoco podrá decir ‘Elijo otra cosa’ “.


EJERCICIO

Responsabilidad vs. Reactividad.

Cuando los hechos disparan en uno fuertes reacciones emocionales. Las reacciones y pensamientos a veces nos resulta imposible impedir que aparezcan y difícil contenerlos una vez que aparecieron.

El comportamiento reactivo nunca resulta satisfactorio en el largo plazo. Las pasiones inconscientes rara vez son coherentes con los objetivos y valores conscientes. Por eso, antes de obrar, vale la pena hacer una pausa y considerar la situación en forma responsable.

Una manera de lograrlo es tomar una respiración profunda (en silencio) para reconectar la conciencia.

En la inspiración presto atención al aire que entra por la nariz y llena mis pulmones, presto atención a mis piernas y siento el apoyo de la tierra; presto atención a mis brazos y siento la libertad del aire. Esta inspiración me trae completamente al aquí-ahora, me ayuda a hacerme presente con toda mi conciencia. En la expiración presto atención a mis objetivos y valores; recuerdo mis intereses y principios de vida; reafirmo el compromiso de manifestar, en todo momento y frente a todo desafío, lo mejor de mí. Esta expiración me proyecta al futuro, afianzándome en mi conciencia.

Hay millones de seres en el mundo, sin embargo, lo que cada uno hace determina una diferencia y establece un ejemplo. El mensaje es que nunca deberíamos vernos como víctimas de diversas fuerzas. Quienes somos, es siempre nuestra decisión.